domingo, 30 de noviembre de 2014

Lobos entre el fracking

UN CONGRESO BAJO EN CARBONO

La semana arrancaba con una previsión de lluvia del 85 por ciento, un porcentaje bastante alejada de la realidad. Las nubes presagiaban tormenta, pero inicialmente se impuso el 15 por ciento restante en una variabilidad porcentual incluida por tanto dentro de las probabilidades del destino menos esperable según la predicción meteorológica para la última semana de noviembre. En uno los paradójicos efectos del calentamiento global el XII Congreso Nacional del Medio Ambiente, el CONAMA, comenzó en Madrid en un ambiente tórrido, en el mayor aparador peninsular de negocios y negociantes ambientales, en un gran foro de debate para el análisis e intercambio de información. 















Los políticos se paseaban entre los stands de la exposición mientras, en el exterior del recinto del Palacio Municipal de Congresos, un grupo de agentes forestales reclaman atención para unos problemas laborales que no figuraban en el orden del día, que sí ofertaba talleres con herramientas de autoempleo para oficios verdes con un intrincado manual de instrucciones adjunto. A la economía baja en carbono que predica el lema del congreso 2014  la acompaña una reducción de entidades participantes y las dimensiones de su oferta al público, pero a pesar de ello se multiplica una interesante oferta de conferencias, ponencias y debates que hacen deseable disponer del don de la ubicuidad ante la imposibilidad de seleccionar entre la gran variedad de propuestas de interés referidas a las nuevas formas de sostenibilidad, los cambios en la legislación o las propuestas energéticas emergentes. 



Entre las golosas ofertas de la primera jornada emerge un entretenido debate sobre el lobo ibérico con la presencia de sus defensores y cazadores, que deriva en un enfrentamiento entre partes de difícil conciliación. Uno de los mayores núcleos en Europa donde mora el mayor predador que queda en la naturaleza se encuentra al norte del río Duero, la buena evolución de sus manadas ha hecho que esté autorizada su caza en Castilla León, mientras los grupos conservacionistas defienden la máxima protección y la imposibilidad de que el hombre continúe eliminando ejemplares del animal que se sitúa en la cúspide la cadena trófica. 



Tantas o más pasiones despertó la técnica del fracking entre sus defensores y detractores. El drástico sistema de fractura hidráulica para extraer gas de las rocas mediante la inoculación de agua, arena y un pequeño porcentaje (un 5 por ciento según las empresas que lo ponen en práctico) de sustancias químicas con efectos cuestionados y cuestionables en el subsuelo. Los representantes empresariales aseguran que no generan impactos en los acuíferos gracias a unos procedimientos que aíslan cualquier posibilidad de contaminación, una actividad que consideran rentable y que, según ellos, generaría en España miles y miles de puestos de trabajo. Académicos como Manuel Peinado,  catedrático de Biología Vegetal de la Universidad de Alcalá,  niegan la mayor y hablan de una burbuja energética a punto de estallar en Estados Unidos que sólo produce beneficios en Wall Street, y donde los costes de la extracción no compensan la venta del gas. De hecho el sector petrolífero norteamericano genera 67.000 empleos, un porcentaje residual en una población en activo de más de 125 millones de personas. Peinado añadió que entre los puestos de trabajo indirectos generados por el fracking los asesores norteamericanos contabilizan las strippers que bailan en los clubs de las zonas de Arkansas o Texas donde esa técnica se implantó hace años. Manuel Menéndez, subdirector general de Evaluación Ambiental del ministerio del ramo, apuntó que el interés de las empresas ha decrecido de manera inversamente proporcional a la aprobación de una legislación más medioambientalmente proteccionista. En el último año los expedientes que estudia el ministerio se han reducido de 16 a 6, ante la retirada de las empresas por decisión propia. Y no es lo mismo perforar vastas extensiones sin humanos en miles de quilómetros a la redonda, como sucede en el continente americano, que agujerear zonas como las que se estudian prospectar en el interior de Castelló, con mucha mayor población en menos espacio en medio de parajes protegidos por su frágil valor ecológico.

En lo que sí coincidieron muchos ponentes es en el nuevo papel del medioambiente, que no es ya un apellido exótico que acompaña a los sistemas productivos. La economía lo ha adoptado como mantra dentro de un modelo en proceso de cambio necesariamente unido a la sostenibilidad. Según destacó Emilio Cerdá,  catedrático de fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid, la Unión Europea tiene como objetivo que en 2050 vivamos respetando los límites ecológicos del planeta, una meta que incluye la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos así como de sus empleos y educación. Fue una de las ideas vertidas en una ponencia sobre la sostenibilidad en los códigos deontológicos profesionales. Queda un largo camino que recorrer en un mundo donde siguen sin ser muy populares términos como reducción y reutilización, aunque las grandes corporaciones sí han aprendido a saborear las mieles del reciclaje y las renovables, con las que están aprendiendo a obtener pingües beneficios. La evolución del mercado dependerá, como siempre, de los apetitos de los bancos y las multinacionales. El próximo CONAMA dirá. 

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